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jueves, 6 de agosto de 2020

ANOTACIONES ESTADÍSTICAS DE COVID-19 COLOMBIA

ANOTACIONES ESTADÍSTICAS DE COVID-19

COLOMBIA


Diciembre de 2019, sin que nadie se enterase en la aldea global. El capricho ¿o certero? Destino, liberó una diminuta partícula viral al aire en la gigante nación China, específicamente en la capital de la provincia Hubei; si, en Wuhan, la capital provincial, espacio territorial más poblado de la zona central del país. Localizada en el encuentro de los ríos Yangtsé y Han. Tiene una población aproximada de 11 millones de habitantes en un área de 8467 km² (incluyendo el área metropolitana). Ciudad de más de 3.500 años de historia, con aproximadamente 11 millones de habitantes y alberga el mayor centro de investigaciones virológicas del país.




Tal vez por esta última razón se dio el hecho del contagio u otra; solo el tiempo develará y rasgará las pendencieras mentiras alrededor del evento de liberación del agente viral que por sí sola no es letal, ya que necesita de una célula huésped para incubarse, posteriormente autocopiarse y colonizar todo el cuerpo del ser vivo.


Como maestro en el arte del disfraz, inicio bajo la clasificación de un brote de neumonía de etiología desconocida, el cual estaba dando batalla a los virólogos expertos de la ciudad pues no moría con ningún tratamiento científico o tradicional, en pocos días, la ciudad estaba en poder del diminuto virus y claro en la aldea global de conexiones visibles e invisibles, el virus fue capaz de cruzar los océanos que dividen a occidente de oriente y demás puntos cardinales. Nada que hacer, las estrategias prestidigitadoras para ocultar de la verdad ya no producen efecto y como ya es un lugar común, los lideres la aldea salen a dar la nefasta noticia de la nueva amenaza viral; solo que con un discurso de no pasa nada, esto es solo un virus que se dio en un espacio muy pero muy lejano, no nos va a llegar a tocar en occidente, además estamos preparados para ello.


Prominentes académicos (defensores del establecimiento y estado de cosas), dieron declaraciones en la TV pública y privada, en las llamadas redes sociales. Llamados a la calma, otros y otras, comprometieron al ejército santoral de las naciones. Pero las acciones de restricciones democráticas como el libre tránsito, el trabajo, las reuniones de más diez personas, en fin, el confinamiento se volvió parte de la vida cotidiana de los connacionales, se ha presenciado con horror los cadáveres en las calles de ciudades que antes eran iconos de la vida (Italia, España son prueba de esto).


En Colombia, se siguió mismo el libreto de la aldea (ideologías y económicas del libre mercado) y por supuesto, todo ha salido o sea perdido en la maraña de la burocracia en el mejor de los casos. En tanto, el COVID-19, no para su marcha de anotar vidas humanas a su libreta de éxitos, la gran mayoría de la población está entre exponer su vida o morir de hambre y enfermedades silenciosas como el estrés producido por la imposibilidad de continuar con los pagos de servicios públicos o llevar alimentos a la mesa familiar.

En los espacios regionales y locales, los lideres o administradores temporales de estos, se ven superados por la magnitud de la PANDEMIA, además de muros burocráticos en unos, en otros la mayor preocupación es ¿cómo hacer para reinventarse administrativa y económicamente? Para cumplir a sus patrocinadores y en acto poder salvar su esfera de poder político, sustentado con el económico. 


Los municipios o entidades territoriales de la Colombia profunda y profusa, ha visto la fealdad de su desnudes administrativa, política, económica, social y cultural, ya que la macro estructura en los cuales descansa estaos procesos es inexistente o se encuentra en estado de cuidados intensivos. Así, como las burbujas económicas y sociales se han desvanecido como pompas de jabón de feria. Los índices de pobreza bruta y multidimensional son brutales. Por ello, la estrategia de esperar que desde el centro del poder político, cultural y económico de la nación se den las fórmulas mágicas de ¿cómo y cuándo? enfrentar la propagación del virus COVID-19 en el territorio local es consuelo de tontos y profunda irresponsabilidad para con los ciudadanos y ciudadanas que representan.


Para esta oportunidad se presentará una serie de gráficos de frecuencia sobre datos liberados por el Ministerio de Salud de Colombia (MINSALUD) que dan cuenta de la dinámica en Colombia de la PANDEMIA.


En marzo 31 de 2020. Se dan 798 casos relacionados con COVID-19.




La capital de la república, repunta en el número de contagiados, seguido a lo lejos por el Valle del Cauca y las principales ciudades regionales.



Si observamos el gráfico anterior (edad). Los segmentos de la población con mayor afectación se localizan entre los jóvenes y adultos en edades productivas.





Con la mayoría de casos con atención en casas, el sistema de salud ha incumplido su misión de preservar la vida de los pacientes, pues si tenemos en cuenta que la estructura de las viviendas en Colombia es muy básica (habitaciones ocupadas por más de una persona, un o dos baños, una sala como espacio comunitario etc), ya para marzo estaban las condiciones materiales dadas para que el aumento de casos se diera de forma exponencial hacia el aumento.


Estadísticamente, para la fecha de 30 de marzo, los técnicos, funcionarios o tecnócratas del establecimiento podían hacer ambientes de probabilidades reales y no, difundir coros y mensajes plagados de mentiras sobre la probabilidad de contagios en el territorio. La curva en vez de aplanarse, se miraba hacia el alza. Como lo demuestra el gráfico anterior de análisis probabilístico.



El reporte más actual liberado de COVID-19 por el MINSALUD de Colombia es de fecha 04 de agosto de 2020.









Desde el mes de marzo hasta principios de agosto de 2020, las cifras de contagios se mantienen en progresión de aumento, los jóvenes y población adulta son los que presentan mayores índices de contagio, pero entre los segmentos de infantes y adultos mayores, se está observando aumentos en los casos reportados como positivos. La atención en casa demuestra que, los entes de salud siguen evadiendo su responsabilidad misional de salvar vidas, pues las condiciones pobreza multidimensional de las familias colombianas no dan para preparar espacios de aislamiento estricto de contagiados. Otra dificultad es la imposibilidad administrativa y política de los alcaldes y gobernadores para garantizar condiciones mínimas de calidad de vida para la ya empobrecida ciudadanía.


En fin, soportado en las evidencias de probabilidades y estudio integral de los comportamientos cotidianos de la población. El tan anunciado aplanamiento de la curva de contagios no se va a presentar en este año y menos en la región Caribe en la cual, los comportamientos de fin de año son contrarios a las medidas de confinamiento decretados por las autoridades, las cuales, en muchos casos, ni ellos cumplen.


Mención aparte es el caso de los recuperados, que en mayor proporción son por puro tiempo, ósea agarrarse de Dios y que las defensas, más la sabiduría popular están dando excelentes réditos. ¿para mandatarios?.


Solo Dios.

  Y si lo mejor aún está por suceder?. Y si solo deseamos la riqueza y grandeza de una vida en la mejor compañía de los seres queridos y ama...