Buscar este blog

domingo, 24 de junio de 2018

Notas preliminares del estado de la educación en Santa Cruz de Lorica


NOTAS PRELIMINARES DEL ESTADO ACTUAL DE LA EDUCACIÓN EN SANTA CRUZ DE LORICA, DESDE UNA PERSPECTIVA RURAL.




El estado actual de la educación en Santa Cruz de Lorica se debe situar en una perspectiva histórica pues esta no escapa a los ritmos ideológicos y prácticos del sistema educativo nacional y departamental.  Fue durante el periodo de la regeneración política, social y económica de la nación cuando se creó el primer intento de unificación de la educación en el país con el llamado plan zerda de instrucción, dicho plan trazo las líneas futuras de una educación basada en un curriculum único, una escuela pública estatal, dirigida al cultivo de las capacidades memorísticas, el buen comportamiento en sitios privados y públicos. En el año de 1903 se realiza otra gran reforma al sistema educativo nacional representado en la ley 39 proclamada en octubre de ese mismo año en esta la preeminencia de la educación es para la instrucción moral y religiosa católica, la aspiración a la unidad nacional y el fomento de la riqueza como una de las metas del sistema escolar por medio de la orientación industrial sin desmontar el bachillerato tradicional; en estos términos la básica primaria era eminentemente práctica y encaminada a dotar a los estudiantes de nociones que lo habilitaran para el ejercicio de la ciudadanía y los prepararan para el trabajo en la industria, la agricultura o el comercio, pero es aquí donde encontramos el primer retroceso educativo entre lo urbano y lo rural en lo que se refiere a los años de permanencia, la primera contemplaba un ciclo de seis años y la segunda con ciclo tan sólo de tres años, pensamos que el estado de la época determina una educación rural de segunda categoría, en donde a pésimas condiciones locativas, escuelas unitarias (simultaneidad de cursos en un aula), salarios inferiores para los docentes y ausencia completa de materiales didácticos, se agregó una estructura curricular compuesta tan sólo por la enseñanza de la religión, lectura, escritura y aritmética.



pintura_de_diego_rivera_la_maestra_rural



Por otro lado, en la educación urbana, aparte de las asignaturas anteriores se agregan: historia, geografía, ciencias naturales, dibujo y gimnasia, además de mejor infraestructura y cierto grado de especialización de los maestros.

Aulas temporales I.E Rafael Núñez



La construcción del sistema educativo en Santa Cruz de Lorica desde el siglo XX, respondió al imaginario de la supremacía de lo urbano sobre lo rural, pues mientras en la primera la inversión histórica en infraestructura, herramientas didácticas y docentes idóneos, se podría afirmar que ha sido una constante, en la segunda, la creación del servicio público educativo se dio con el fin de brindar educación sólo en la básica primaria, era más una educación de carácter obstruccionista pues se dedicaba gran parte del tiempo a la enseñanza de la escritura, la lectura y las operaciones básica, he aquí la primera coincidencia con el plan zerdas y la reforma de 1903 y de ello no han pasado muchos años, las construcciones locativas de las escuelas rurales se ha dado de manera no planificada, por el contrario ha obedecido a una lógica de poder público en tanto, la construcción de una escuela en un espacio administrativo era signo de que sus habitantes poseían influencias entre las personas que controlaban los poderes públicos; esto es, pasar de caserío a vereda y si se pasaba de dos o más aulas a corregimiento.


Claro, esta que a los docentes les tocaba orientar más de una asignatura o área del conocimiento, con el agravante de no contar con el conocimiento especifico del mismo. 

La infraestructura escolar se muestra como insuficiente, no se contaba con las herramientas pedagógicas mínimas para el ejercicio de orientación académica entre otras, pero con el paso de los años se han solucionado algunas carencias; pero como en últimos diez años hacia acá, el sistema educativo Colombiano ha sufrido importantes cambios en su orientación curricular y de competencias, la capacidad instalada en Lorica no se encuentra a tono con las nuevas exigencias técnicas y tecnológicas para afrontar en debida forma el reto de  avanzar desde la concepción de educación tradicional, en la que la memoria y la oralidad son los únicos elementos a evaluar. 

Vista de comedor y restaurante escolar I.E Las Flores


Hoy que se solicita de a los establecimientos educativos ser competentes en el saber hacer y saber ser en contexto, además del desarrollo de competencias laborales generales y específicas. La metáfora más apropiada para representar como estamos en materia educativa sería la siguiente: “nos encontramos conduciendo un carro modelo 2010, pero con un conductor del siglo XIX, quien no tiene los elementos técnicos, tecnológicos ni la formación inicial y en el ejercicio para siquiera encender dicho vehículo”.  Hasta aquí me he referido únicamente a algunos problemas de internos en el campo de la educación; pero, existen problemas externos como: los niveles de pobreza familiar, el estado de las vías, la dispersión poblacional, la carencia de servicios básicos domiciliarios, la lata movilidad de la población rural dentro del municipio e inter municipal,  que poseen igual o mayor impacto en la educación, pues están relacionados con la permanencia y rendimiento académico de los estudiantes. Según el censo de poblaciones “DANE” de 2005, en Lorica son pocos los hogares con unidades económicas asociadas  -sólo el 3%- , el porcentaje de la población con servicios domiciliarios es: 86% energía eléctrica, el 24,3% alcantarillado, 56% acueducto, 23,4% gas natural, 16,2%[1].



[1] Los datos son tomados en el departamento nacional de estadísticas. Censo 2005. 



Las limitaciones más acusantes para trabajar en competencias son:

  1. Poca capacidad de acompañamiento administrativo por parte de la secretaria de educación municipal,  ya que son muy escasas las visitas a las instalaciones de sedes educativas por parte de las autoridades educativas locales, tal vez por falta de recursos logísticos para tan importante actividad misional.

     2.   Asfixia presupuestal de los establecimientos educativos. Debido a los atrasos en los giros por concepto de subsidio de matricula a los estudiantes.

    3.  Pocos recursos de inversión para construcción y dotación planificada en los establecimientos educativos acordes con las exigencias nacionales de calidad educativa.

   4.  Herramientas didácticas desactualizadas como mapas, textos guías, salas de cómputos, laboratorios, salas de internet.    

     5.   Poca capacidad de negociación por parte de los directivos docentes en la toma de decisiones en lo referente a construcciones, dotación de bibliotecas, mobiliario entre otros.

     6.   Solicitud de información en plazos muy cortos en ocasiones sin la información oportuna de cómo diligenciar formatos etc. 


     Para mejorar se debe trazar un gran acuerdo entre todos y todas, en tanto el reto es de proporciones monumentales y no logra suplir en un cuatrienio.




     Claro sin desligarnos de la región y la nación ya que Una educación que en su propia concepción ha de superar las fronteras de los países y los estados, para ser necesariamente planetaria. Un educación que no puede limitarse a lo que habitualmente conocemos como la escuela, porque “las instituciones proveen por sobre todo un discreto lugar (el hogar, la capilla, el aula, la tienda…) donde se presenta la producción de subjetividad” (Hardt y Negri 2001, pp. 163). 



En resumen: Ante tantos y tan rápidos cambios, y ante tanta sobreproducción de información, ante el “desarrollismo educativo”, tal vez nuestra educación podría constituirse en una experiencia de vacío (Ferrer 2001, pp. 69), “abrir el silencio que permita escuchar, escucharse y escuchar lo colectivo, que lleve a la inversión-conversión- conversación pedagógicas”. La importancia del silencio en el espacio de la comunicación que supone el acto educativo es esencial, “me permite, por un lado, escuchar el habla comunicante de alguien, como sujeto y no como objeto, procurar entrar en el movimiento interno de su pensamiento, volviéndome lenguaje; por el otro, torna posible a quien habla, realmente comprometido con comunicar y no con hacer comunicados, escuchar la indagación, la duda, la creación de quien escuchó. Fuera de eso, la comunicación perece” (Freire 1999b, pp. 113). ¿Y acaso es concebible el proceso educativo sin comunicación? Hacer una pedagogía de las personas y para las personas, no de los mercados y para los robots. Vivir conscientemente el proceso de cognición, en un planteamiento biopedagógico (Gutiérrez 2001, pp. 49-56) que atienda a los principios científicos de auto-organización, interdependencia y sostenibilidad; la idea es “escucharnos sin las odiosas prevenciones partidarias” que tanto mal nos esta haciendo.







Oscar A Rhenals España 
Colectivo de estudios sobre territorios, Espacios, Etnicidad y Educación 










sábado, 16 de junio de 2018

Antropología e Indigenismo o Práctica Inter-Social.


ANTROPOLOGÍA E INDIGENISMO O PRÁCTICA INTER-SOCIAL



“No hay nada sin historia. Quien no la tiene, se acabó. Los blancos dicen a los indios: cuénteme un cuento. Y si ellos hablan, los dicen que es cuento. Y sólo queda eso: un cuento. Y allí se acabo la historia. La historia es de todos; cada uno debe hablar su parte; entre todos se da un redondeo.” (Taita. Abelino Dagua, 1993. pp. 9).




Antropología académica y militante, en ello ha estado marcada la relación de esta disciplina humana con las comunidades objeto de estudio, en especial con las comunidades indígenas en el nuestro país.  

En primer lugar, los llamados académicos puros, dedicados a descifrar científicamente los códigos y símbolos culturales, sin inmiscuirse o tomar parte activa en los problemas de la comunidad observada.

Los segundos son denominados como militantes; contrario a los anteriores, estos privilegian las acciones de defensa de los intereses reivindicativos al interior de  las comunidades, dejando – sino del todo- la labor de  producción científica en un  escenario secundario; pero siendo honestos, todas las personas que se dedican a la práctica antropológica; ya sea por medio de publicaciones resultado de los  estudios científicos o tomando parte en interese socio-económicos de los indígenas, contribuyen por igual en la difusión y acompañamiento de estos problemas.

ACADÉMICOS E INDIGENISMO



El antropólogo ha participado de las luchas indígenas. Lo que estas reclaman esta atravesada permanentemente por las visiones antropológicas y apoyadas por la autoridad científica de las publicaciones de antropólogos y antropólogas -al momento de someter las ideas académicas ante la comunidad académica-.  

Los estudios en la Sierra nevada de Santa Marta entre los indios Koquis, ikas y wiwas por Carlos Alberto Uribe, François Correa Rubio, entre otros antropólogos colombianos que se han dedicado, gran parte de su carrera profesional y   académica a las comunidades del macizo Serrano; por ejemplo, en el texto “encrucijadas de Colombia Amerindia” (Correa. 1993, editor) y la colección titulada “geografía humana de Colombia” (Correa. 2002, editor), se consignan los principales problemas de las comunidades indígenas en el país, en un estilo científico; estas producciones académicas, desnudan ante el lector las situaciones sociales, políticas y económicas vividas en los pueblos indígenas de Colombia.

Los indígenas piensan con su “propia cabeza” y en sus cabezas transitan las construcciones académicas de antropólogo y antropólogas a lo largo de la historia común; sobre todo desde los años sesentas; y de esto último somos testigos, cuando observamos recitar pasajes de frases capturadas en texto escrito por algunos científicos sociales. Así, se habla desde los pulpitos insondables de las categorías científicas, que no son fáciles de desvirtuar por los interlocutores que representan a la institucionalidad legal o no.

EL CRIC, AICO, SOLIDARIOS Y COLABORADORES
El primero de estas organizaciones –CRIC-  es el producto de la organización interna de los indígenas en el Cauca, como materialización de un proyecto en pro de la recuperación identitaria, para ello, era necesario la recuperación de territorios, en esta vía se busco apoyo en el movimiento campesino.  El CRIC en sus inicios ocupo la secretaria indígena de la ANUC (asociación nacional de usuarios campesinos) con Trino Morales, Gonzalo Sánchez y Lame; durante esta búsqueda de espacios políticos y lucha por la tierra, encontramos antropólogos y científicos sociales de la talla de Maria Teresa Findji, Víctor Bonilla, Luis Guillermo Vasco, Javier Fayad, Raúl Castro, Tulio Rojas, Noel Montenegro, Álvaro Velasco, Pablo Tattay, Amparo Espinosa -entre muchos mas-. 

Siendo sesgado en la apreciación sobre la primera intervención de antropólogos en  las luchas de los indígenas  en pro de  la recuperación de tierras en el Cauca;  es en la toma de la hacienda las mercedes, entregada a los indígenas por el presidente Belisario Betancourt en 1982, y en cuya gestión de invitación participó   Víctor Bonilla Aprovechando una vieja relación de amistad con el presidente; pero, las relaciones entre el CRIC y los intelectuales sociales –agrupados en una organización no constituida de formalmente ante ninguna institución de control estatal llamada los solidarios-,  entra en  crisis y se rompen definitivamente por diferencias mutuas – las diferencias eran fundamentalmente de carácter ideológico- entonces, los “solidarios”,  ayudan a crear una figura paralela en autoridad al CRIC denominado “movimiento de gobernadores indígenas en marcha” liderado por los resguardos paeces y que mas tarde, por su relación con las autoridades indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta e indígenas de Nariño, se transformaría en AICO –autoridades indígenas de Colombia-, jugando un papel de primacía en la recuperación de tierras y en la configuración de los imaginarios de identidad de los pueblos indígenas, primero en el Cauca y luego en Colombia.

Durante la década de los ochentas, los integrantes del movimiento de autoridades indígenas deciden participar en la elección popular de alcaldes, aconsejados y guiados por los intelectuales solidarios y estos a su vez, eran afectos a las corrientes ideológicas de la izquierda maoísta -o por lo menos Vasco, quien ejercía una fuerte influencia entre los solidarios-; la idea de participar en las elecciones era, la creación de poder popular desde local, no lo lograron, pero se convirtió en un experimento de carácter acumulativo –de experiencias- para los tiempos venideros.

Por esta época llegan al movimiento de los solidarios estudiantes de la universidad del valle como Javier Fayad bajo las toldas de una figura organizativa llanada  “Grupo de solidaridad con los pueblos indígenas”. Son los inicios de las persecuciones contra los movimientos indígenas y populares en general, acusados de ser instrumentos ideológicos de los grupos armados revolucionarios.   En tal sentido, la manera en que los antropólogos  planteaban  su relación con la comunidad, era percibida como una posición de izquierda, más que por una voluntad explicita del antropólogo, producto de las imágenes nacidas de las circunstancias del momento histórico, actitud que les costo igualmente la persecución y estigmatización de peligrosos para el sistema  por los representantes del orden establecido – como por arte de magia, ser antropólogo o científico social se convirtió en un verdadero peligro-; bajo este panorama todos los intelectuales solidarios del Cauca y de todo el país se vieron abocados hacer gala de la prudencia y en muchos casos, la inactividad – volver a sus aulas de clases ya sea como estudiantes o profesores- otros se vieron desamparados en medio de unos actores armados tanto de izquierdas como de derechas que se disputaban el control territorial, así, se cierra el capitulo de los intelectuales solidarios en el cauca. –o por lo menos en lo que pude indagar por medio de lecturas y conversaciones con profesores de la universidad nacional-  

En los mismos años ochentas, un grupo de estudiantes de la facultad de economía en la universidad Nacional de Colombia, crearon una publicación denominada “INDIGESTIÓN” , entre estos estudiantes se encontraba Henry Caballero y aun que la publicación debía ser apolítica, si revelaba una inclinación política hacia la izquierda; pero no siguiendo los postulados dogmáticos del marxismos   tradicional –Ruso y Chino-, por el contrario, probaron ideas y experiencias alternativas. Caballero se integro a las luchas indígenas en el Tolima, como colaborador del CRIT –consejo regional indígena del Tolima- que guardaba semejanzas con el CRIC en tanto compartían colaboradores indígenas y mestizos o blancos.

Los primero pasos de Caballero como colaborador fueron apoyando  proyectos de producción agrícola, como cooperativas entre otras labores, mas tarde llega a ocupar un sitio en la dirección del CRIT, solo que no contaba con poder de voto o decisión, pues estas estaba destinada a los indígenas, para culminar en la organización armada indígena, Quintín Lame.


LA CONSTITUCIÓN DE 1991.

“Al obtener posibilidades para el reconocimiento legal de derechos políticos y culturales indígenas en la constitución de 1991, se amplió también el retos para ellos y sus organizaciones políticas,” (Jimeno. 1993. pp. 7). Como la cita anterior, la constitución de 1991 fue la materialización de posibilitar la confluencia y unificación de una serie de logros previos del movimiento indígena, el reconocimiento de los cabildos como instituciones de autoridad dentro de los resguardos y ante el gobierno central, la educación propia y administrar justicia al interior de sus territorios.

Las propuestas consignadas en el texto final de la carta magna, parte de anhelos históricos del movimiento nacional indígena, pero también fueron moldeados y acompañados por los solidarios, los colaboradores y académicos sociales, quienes estudiaron y apropiaron los símbolos culturales de las comunidades o pueblos indígenas y sucesivamente los lideres indígenas se apoderaron del conocimiento científico de los antropólogos y antropólogas, pero las luchas por la tierra siguen vigentes han vuelto a resurgir por falta de ella como el caso de los pueblos indígenas en el Cauca, la colonización de sus territorios por colonos mestizos o blancos con diferentes intereses, unos buscan un lugar para vivir, otros llegan para dedicarse a cultivos ilícitos, causando graves problemas de orden público y degradación ambiental que para el sostenimiento de las identidades indianas, el territorio es fundamental ya que con ello, se pueden planear y sobre todo desarrollar sus sueños dignamente.

Ante todo este desalentador panorama, los pueblos indígenas siguen manifestándose contra las medidas  contra la identidad y el territorio, “los que fueron nacidos para enterrarlos varia veces por decreto a nombre de la modernización... en oleadas incesantes de resistencias, con sus revueltas y movimientos para persistir cambiando, construyendo discursos que dan pinceladas de modernidades alternativas” (Batalla,  Citado por Cancheiro. 1990. pp. 1).

En fin la antropología habla de las comunidades indígenas como sujetos de estudios, los reconoce como constructores de un proceso político a través del cual se define gran parte del ejercicio identitario antropológico, e igualmente de las comunidades o pueblos indígenas. Claro que sin los aportes de otros científicos sociales, toda la gama de construcción académica y la inserción en las luchas exitosas por las tierras ancestrales de los pueblos indígenas habrían sido mucho más traumáticas de lo que fueron en el pasado y lo que son actualmente –recuperaciones en el cauca, conservación en le macizo serrano y todo el sur del país- .

 

 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

Bonilla Víctor Daniel. (1982). Historia política de los Paeces. Colombia nuestra ediciones.
Bohórquez Canchero.(2005). Movimientos campesinos e indígenas en México: la lucha por la tierra. En observatorio social de América Latina.
Caviedes Mauricio (2000). Antropología y Movimiento indígena. Tesis de grado universidad nacional.   
Correa Rubio Fraçois. (1996). Geografía humana de Colombia, tomos IV. Instituto Colombiano de cultura hispánica.
Findji Maria Teresa. (1993). Tras las huellas de los paeces. En encrucijadas de Colombia Amerindia. Instituto Colombiano de antropología – Colcultura-
Jimeno Santoyo Myrian. (1993). Presentación. En encrucijadas de Colombia Amerindia. Instituto Colombiano de antropología. –Colcultura-.
Uribe T Carlos Alberto. (2002). Aculturación, en Palabras para desarmar. Margarita R Serge y etal, editores. ICANH.
La gran sociedad indígena de la sierra nevada de santa Marta en los contextos regional y nacional, en Encrucijadas de Colombia Amerindia. ICAN (1993)
Vasco U Luis Guillermo. (2002). Entre selva y páramo: viviendo y pensando la lucha india. ICANH.
  

  
Colectivo de estudios sobre territorios, espacios, etnicidad y educación 

         

Vida y Mentira

  Vida y Mentira  Mi Cuerpo, Espíritu y Alma, sienten que el tiempo corre en sentido contrario a las mancillas del reloj universal, nos flag...