Esclavos negros: hilando imagenes fundantes
Oscar A Rhenals España.
Colectivo de studios Sobre Territorios, Espacios, Etnicidad y Educación.
Se invoca el anterior fragmento del canto de la maldición del dios
africano, Changó[2], quien condena a sus
pueblo a la diáspora errante, violenta de la esclavitud, perder su
cultura y libertad o en palabras del poeta. Raúl Gómez Jattin. (1995)
convertirse en “ser hombres de río con el alma negada”.
Oscar A Rhenals España.
Colectivo de studios Sobre Territorios, Espacios, Etnicidad y Educación.
“Escucha Muntu que te alejas las pasadas,
las vivas historias
los gloriosos tiempos de Changó y su trágica
maldición.
¡Eléyay, ira de Changó!
¡Eléyay, furia del dolor!
¡Eléyay, maldición de maldiciones!
Por venganza del rencoroso Loa
condenados fuimos al continente extraño
millones de tus hijos
ciegos manatíes en otros ríos
buscando los orígenes perdidos.
Por siglos y siglos”[1]
1. El
sometimiento corporal colectivo al muntu blanco.
Descarnadamente conocido como la instauración de la
esclavitud con fines comerciales, ahora bien. La práctica de la esclavitud no
es una invención exclusiva de los europeos ya que como afirma Blandón Mena y
Arcos (2005: 52-53). “Las características de la tenencia de personas
sometidas a esclavitud en África pre colonial no se parecen ni se compadecen
con la instalación con la esclavización como estrategia de dominación absoluta
perpetrada intensivamente por naciones europeas sobre África a partir del siglo
XVI. Si bien podemos hablar de una ritualización de la servidumbre existente en
África antes de la colonización europea, esta tiene características
diferenciadoras sustantivas: Nunca resultaba permanente, no estaba asociada al
color de la piel, no era hereditaria, constituía, estaba dirigida contra
enemigos militares o se exigía a grupos incapaces de tributar, rara vez se
practicaba dentro del núcleo identitario, no impedía el ejercicio de
actividades productivas autónomas sujetas a tributo, constituía una forma de
servidumbre con prerrogativas y derechos que permitían el acceso a tierras,
armas, participación en los ejércitos e incluso cargos gubernamentales y
designaciones en la administración pública” , sin lugar a dudas la instauración del comercio de esclavos humanos
entre Europa y áfrica constituye una profunda ruptura cultural en los
imaginarios de los grupos esclavizados, en tanto fueron despojados, primero de
la condición biológica de seres humanos pensantes, provistos de alma, en suma
es igualarlos a la condición de animales domesticados destinados para todo
actividad mal sana y si tenían suerte por acción de la benevolencia religiosa y
a veces lujuriosas de los amos, eran destinados al servicio doméstico al
interior de la casa grande. Pero, ¿Quiénes fueron los antecesores de la trata
de esclavos humanos con fines comerciales?. Fueron los portugueses quienes
entre los años 1420 y 1480 exploraron y aprovecharon la costa occidental de África.
En 1486 logaron doblar el cabo de las tempestades, rebautizándolo con el nombre
de cabo de Buena Esperanza, logrando esclarecer la ruta hacia las naciones
orientales, principalmente la India; referenciada mágica y un tanto exagerada
años atrás por Marco Polo. Triana y Antorveza (2006) “Aunque inicialmente las pretensiones lusitanas no giraban en torno a
la búsqueda de esclavos, sin embargo, ocurrió que, hacia 1441, al regresar a
Portugal, los expedicionarios Antam Gonçalves y Nuño Tristán llevaron varios cautivos
en las sentinas de sus embarcaciones. Dos de éstos, tomados sobre el Cabo
Bojador, prometieron a sus captores que sí los devolvían sanos y salvos a sus
lares nativos, les pagarían óptimamente con esclavos negros –hombres y mujeres-
y también les darían otros regalos, incluyendo polvo de oro. Acodiciados los
lusitanos por la propuesta, los entregaron a los suyos y fueron espléndidamente
recompensados. Varios de los esclavos negros recibidos como rescate fueron
enviados al papa Eugenio IV, y los demás se vendieron el mercado de Lisboa con
inesperado beneficio”. (p. 24, 25), sumado a que la mayoría de los pueblos
africanos objeto de la trata esclavista eran de religión islámica, se invocó la
autoridad de la iglesia cristiana o católica y su guerra contra los moros,
luego de un creciente número de captura y comercialización, se procedió a la
creación de la compañía de lagos, encargada de reconocer y administrar todo el
comercio y descubrimiento en las costas africanas por parte del reino de
Portugal quien se transformaría en poco tiempo en el proveedor más importante
de esclavos hacia el nuevo mundo y Europa.
En el anterior mapa que es tomado de la página web
de la Organización de las naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la
Cultura –UNESCO-, se reconstruye el flujo de la trata negrera desde el siglo XV
hasta el XIX. Se nota un inicio tenue en el siglo XV de la actividad esclavista,
aumentando en “rentabilidad” en los años venideros con mayor actividad hacia el
continente americano; lugar donde se necesitaba de la fuerza bruta para los
trabajos en las minas de oro, de los servicios domésticos y agrícolas para el
deleite y sustento del mismo sistema mercantil que inaugura una de las máximas
del sistema capitalista, ¡todo se compra, todo se vende o mejer aun el valor de
cambio y valor de uso! Así, a los negros recién esclavizados, se les enseño a
punta de lenguaje corporal –castigos-, el reconocimiento de su muerte corporal,
en tanto su cuerpo ya no les pertenecía; primero los negreros y todo el sistema
educativo formal e informal obedeció a la aceptación consciente e inconsciente de
la pertenencia corporal.
Constituye un lugar común en Colombia escuchar la
frase, ¡los negros son flojos -perezosos- por naturaleza!; debido a los ritmos
con que asume la vida, las proyecciones sociales y el poder. Es una afirmación
que no reconoce ni comprende que el derecho a poseer el cuerpo por parte de los
negros o su descendencia es muy reciente, que la educación formal e informal
para cambiar el chip implantado en siglos de castigos y acción metodológica
educativa sustentados en las repeticiones, no es una tarea fácil de resetear,
en tanto se debe hacer con todos los grupos raciales en las américas.
2. Perder la
identidad cultural.
Los negros esclavizados profesaban mayoritariamente
la religión islámica, sumado al declarado estado permanente de guerra de la
iglesia católica europea contra todas las creencias que no reconocieran a
cristo como el hijo único de Dios; permitió a los tratantes, declarar legal y
“ética” la guerra a las tribus cercanas a las costas, hasta internarse mucho
más en el continente, masacrando naciones, pero sobre todo despojando a los
sobre vivientes de su acervo cultural, ya que con el fin de prevenir revueltas
antes y durante los largos viajes hacia los centros de comercialización,
mesclaban a tribus con distintos idiomas, las cuales de seguro no tenían
conocimiento de la existencia de la otra. Los maldecidos hijos de Changó, se
venían en la necesidad despojarse de sus hábitos culturales, los cuales incluía
aprehender un nuevo idioma, asimilar una geografía física muy distinta de las
sabanas, desiertos o selvas africanas, consumir otros alimentos, adoptar o
convertirse a las creencias cristianas. –particularmente, en este último
aspecto, la resistencia de los africanos se presenta en lo que García Canclini
a denominado apropiadamente, como “sincretismo religioso”, al asimilar a Santa
bárbara (cristiana) con Changó (dios africano)- en rituales sagrados como la
muerte, el destino, la santería entre otros, sin embargo, los hábitos
culturales que lograron sobrevivir debieron ceder parte de esencia, pues en el
proceso de sincretismo se renuncia a parte de la esencia con el fin de
encontrar puntos comunes o complementarios que deban ser validados en nuevas
formas de vivir y sentir la cultura.
Para no perder del todo el acervo cultural, los
esclavos, asimilaron formas culturales occidentales como propias, logrando
engañar a sus captores amos, por ejemplo, en culto y conversión al
cristianismo, la celebración de las fiestas rituales presentadas como solo eso
una gran parranda de seres irracionales, por último, el acto mismo de
reconstruir y hasta amalgamar los pedazos de las culturas que aun sobrevivían y
crear nuevas formas culturales que se dieron en los llamados palenques;
enclaves humanos, formados selva y geografía muy adentro, en donde no les fuese
posible llegar a los blancos, no así a ellos, los negros, quienes entraban y
salían de las ciudades de los blancos.
En el proceso educativo de la perdida de cultural
–y control corporal- hay un largo proceso de duración educativa. Sí, por muy
duro que suene; las metodologías educativas jugaron un papel de primera línea
en el largo proceso de naturalización del sufrimiento del otro distinto por el
color de la piel o la fisionomía corporal. Ahora bien, reconocer, pero por
sobre todo, reparar espiritual y culturalmente la infamia de la esclavitud no
va hacer tarea fácil o romántica. Antes por el contrario va hacer una tarea
cruel en donde la respuestas de los grupos de poder será de resistencia
absoluta –en la actualidad observamos en los Estados Unidos de América y Europa
un renacer el racismo, a pesar de que una persona de origen negro, acaba de
entregar el poder político aun representante de los grupos xenófobos raciales-
Las siete
partidas: como imagen fundante de la educación esclavista en Hispanoamérica.
El reino de Castilla, siendo rey Alfonso X –1252 a
1284-, se posesiono como abanderada de la lucha contra los invasores islámicos
y judíos, con la promulgación de las llamadas siete partidas que fue un
conjunto de normas redactada por la corona de Castilla con el propósito de
unificar y reglar las leyes al interior del reino, su nombre original es el
“libro de las leyes”, pero hacia el siglo XIV se le llega a conocer por el
primer nombre relacionado debido a la estructura con la que fue escrita.
Este cuerpo de leyes fue difundido y aplicado en
Hispanoamérica hasta el siglo XIX, pero, valdría la pena reafirmar que la
creación de las partidas se dio mucho antes del encuentro de las culturas
–nuevo mundo- y por consiguiente de la esclavitud con fines comerciales. El
hecho es que en Europa y especialmente en España, históricamente no son ajenos
a la existencia de moros y judíos, los límites geográficos de esta nación por
los lados de los pirineos dan el paso a las culturas africanas, como lo anota
Mesa (1985) “Es singular el enclave
geográfico de España; por los pirineos se une a Europa y en cierta manera se
aísla; por un lado se asoma al mar tenebroso de singladuras inciertas; por
otro, se mira en el Mediterráneo, ribereño de culturas refinadas: la hebrea, la
griega, la romana; por estrecho confina con el continente negro”. (Triana y
Antorveza (2006, p. 23), además la invasión árabe –procedentes del norte de
África, quienes acularon aproximadamente ocho siglos de dominio en la
península- en la península ibérica, es reconocida en los anales de la
historiografía global.
Las partidas se convierten en un hecho fundante de
la esclavitud y por ende su aplicación es producto de la educación formal e
informal entre los mercaderes, compradores y esclavos, estos últimos fueron los
que sufrieron todo el peso aquí se
detalla la forma como un ser humano llega a convertirse en esclavo –servidumbre-,
en la cuarta partida, ley uno se sentencia “Servidumbre,
es postura, o establecimiento que hicieron antiguamente las gentes, por la cual
los hombres, que eran naturalmente libres, se hacían siervos y se sometían a
señorío de otro contra razón de naturaleza.
Y siervo tomó este nombre de una palabra que es llamada en latín
servare, que quiere tanto decir en romance como guardar: Y esta guarda fue
establecida por los emperadores, pues antiguamente a todos cuantos cautivaban,
matábanlos, más los emperadores tuvieron por bien y mandaron que no los
matasen, más que los guardasen y se sirvieren de ellos. Y hay tres maneras de
siervos: la primera es la de los que cautivan en tiempo de guerra siendo
enemigos de la fe; la segunda es de los que nacen de las siervas; la tercera es
cuando alguno que es libre se deja vender.
Y en esta tercera son menester cinco cosas: la una, que él mismo
consienta de su grado que lo vendan, la otra que tome parte del precio, la
tercera que sea sabedor que es libre, la cuarta, que aquel que lo compra crea
que es siervo; la quinta, que aquel que se hace vender, que hay de veinte años
arriba”. Alfonso X. (1252-1284). Las Siete partidas. 2006, de Biblioteca Universal Sitio
web: http://www.biblioteca.org.ar/resultados.asp
Declarar la guerra contra los infieles fue la mejor
alternativa “ética” para justificar el comercio de esclavos. en tanto lo que se
perseguía era extirpar el tumor demoniaco que representaban las otras creencias
religiosas de la faz de la tierra, en suma, esclavizar grupos de seres humanos
derrotados en batallas, se les despojaba, primero de la condición humana al
decláralos sin alma y reducidos a la condición de animales al servicio absoluto
de los vencedores o compradores. Pensar en la manera como se naturalizaron
entre las potencias europeas, la descomunal creencia de que los negros no
poseían alma, les fue negada –desde el cielo- el don del raciocinio y la inteligencia
propias de cualquier ser humano; fue posible por la benevolencia con que la
iglesia católica trato y premio durante muchos lustros a los tratantes de
esclavos, sumado a la aplicación de la metodología educativa del castigo
corporal y psicológico hacia los negros, han demostrado ser efectivas en la
labor educativa formal e informal hacia las poblaciones de ancestros africanos,
otra consideración del hecho de las partidas como un hito fundante de la
educación para los esclavos, lo es el evento la sobrevivencia de este cuerpo
normativo en Hispanoamérica desde el siglo VIII hasta el XIX –hace muy poco
tiempo, para revertir procesos violentos de educación-, es sin duda un proceso
de larga duración social e histórica en la que, el castigo físico era necesario
en el hecho de asegurar el mayor estado de servidumbre del esclavo hacia su
amo. Las leyes sucesivas fueron elaboradas con el faro esclarecedor de las
partidas, ejemplo de ello es la iniciativa y posterior creación de la “Real
cédula de su majestad sobre la educación, trato y ocupaciones de los esclavos,
así como la forma en todos sus dominios de Indias e islas filipinas el 31 de
mayo de 1789 y sancionada por don Carlos IV”, (Triana y Antorveza. 2001); tres
meses después se proclamaba dictaba otra real cédula referente al trato,
educación, castigo y manumisión de los esclavos negros en Hispanoamérica; esta
última cédula real, fue creada en particular para la actual isla de Cuba, la
primera fue inspirada en la isla de Santo Domingo. Existe un gran cumulo de
hechos históricos en relación con el proceso de creación de dicha cédula,
inspirada en la dinámica desarrollista de Santo Domingo en la época
referenciada, en donde la producción económica de los esclavos negros se
incrementó con la aplicación de ciertas libertades, dicho de manera moderna, la
mano de obra otrora esclava, tuvo tintes de alguna libertad, producto de ello,
los negros incrementaron sin ningún castigo corporal la ganancias económicas en
la isla ose entraron, tal vez sin proponérselo en la lógica del capitalismo y
en la lógica cultural y económica de la edad media y el mercantilismo; permítanme por la importancia y en honor a la
cita de Triana y Antorveza. (2001. P, 452), “Como la instrucción de 1789 ha llegado a ocupar una posición clave en
la discusión, sería bueno tener presente el contexto en el cual fue promulgada.
Está íntimamente relacionada con los esfuerzos de la Corona por extender la
esclavitud en las posesiones de ultramar, y reemplazar el sistema obsoleto de
asientos por el libre tráfico de esclavos, asegurando un mayor abastecimiento…
la corona española quería hacer de la esclavitud la base de la agricultura de
plantación, según el modelo francés de Santo Domingo… la instrucción se inspiró
en algunas partes del Code Noir francés de 1685. Por razones en parte
humanitarias, la esclavitud fue algo humanizada, pero se suponía que los negros
libres podían servir para el mismo fin. Una versión preliminar de la
instrucción subraya claramente que ésta apunta a promover… la ocupación útil y
asidua de los negros libres y esclavos en el cultivo de las producciones que
necesita la metrópoli… tanto como la perfecta subordinación y respeto de ambas
categorías a los magistrados, a sus señores, y generalmente a toda persona blanca”;
claro que para llegar a la proclamación definitiva de dicha cédula real, los
propietarios de esclavos más conservadores no tardaron en elevar su voz de
protesta y en muchos casos, se adoptó la norma pero no se aplicó, pasando mucho
tiempo para que estos grupos de presión con amplios poderes, entendiesen los
fines y propósitos de normar el asunto de las personas de origen africano, pues
la meta no fue conceder plenos derechos de ciudadanos a los negros; si no todo
lo contrario, bajo un manto aparente de libertad y reconocimiento social, se
buscó la supremacía del amo sobre el esclavo, que los descendientes africanos
reconocieran el derecho de la reverencia ante el blanco, sobre todo, el
reconocimiento del mismo descendiente africano –se incluye a los mulatos y
demás mesclas con negros- de su condición de “inferioridad racial del negro,
así como de su condición de seres bárbaros, incapaces de hacer y tomar su
destino individual y colectivamente” (ibídem, p, 455).
Sin duda, el código de las siete partidas, es la
raíz del cuerpo normativo sobre los esclavos negros en Hispanoamérica, por lo
que se convierte en la imagen fundante de la educación –de larga duración, ya
que perduro en Colombia hasta muy entrado el siglo XIX- de los negros antes y
durante la esclavitud, es más podríamos aseverar que ha perdurado en el tiempo,
en la educación familiar, esa que se transmite por acción de los mayores a los
menores, toma diferentes formas o nombres. Algunos la denominan tradición oral,
historia familiar, cuentos, tradición y hasta acervo cultural.
Referentes bibliográficos
Blandón, M., Arcos, A. (2015). Afrodescendencia:
Herederos de una tradición libertaria. Ed, Desde abajo. Bogotá, Colombia.
Elichary Nora Emilse. (copilador). (2010).
Aprendizaje y contexto: contribuciones para un debate
Mosquera, C., Barcelos, C. (editores). (2007).
Afro-reparaciones: memorias de la esclavitud y justicia reparativa para negros,
afrocolombianos y raizales. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, Colombia.
Triana H, Antorveza. (2001). Léxico documentado
para la historia del negro en America: siglos XV-XIX, tomo II, A-C. Instituto
Caro y Cuervo. Bogotá, Colombia.
Zapata Manuel. Changó el gran putas. Biblioteca de
literatura colombiana. Edit, Oveja negra. Bogotá, Colombia.
entrada: 28/01/2017: 18:00
entrada: 28/01/2017: 18:40
[1] Tomado de Zapata
Olivella Manuel. 1984. (15-16) Changó el gran putas. Editorial, Oveja Negra.
Bogotá. Colombia.
[2] Uno de los grandes
dioses africanos con el poder del rayo y fecundidad, se identifica en unos
altares con Santa Bárbara (por qué en una ocasión lo perseguían unos enemigos
se escondió en la casa de Oyá, esta se cortó sus trenzas y las puso, lo vistió
con su ropa y lo adorno con sus prendas; al salir de la casa de Oyá, sus
perseguidores lo confundieron con la Santa, dejándolo escapar. La asimilación
de Changó con Santa Bárbara es por los símbolos de representación utilizados:
el color rojo, la espada, la corona y la forma como muere el padre por un rayo
luego de ejecutar la orden de decapitarla.
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