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jueves, 2 de junio de 2022

La realidad 10°

REPÚBLICA DE COLOMBIA 
DEPARTAMENTO DE CUNDINAMARCA 
MUNICIPIO DE CABRERA 
INSTITUCIÓN EDUCATIVA DEPARTAMENTAL INTEGRADA DE CABRERA

 Área:Filosofía. Grado 10°. 
Eje temático: Conocimiento, verdad y realidad. 
Abordaje: La realidad. 

¿Qué es la realidad? 
Término que se origina en la raíz del latín realitas y este de res, «cosa» es el término lingüístico que expresa el concepto abstracto de lo real. Es percibido por la experiencia humana, la cual es percibida por medio de las sensaciones físicas y a veces por medio de los procesos mentales de intuición, descripción y análisis de los diferentes hechos ocurridos o en proceso de ocurrencia. 

Es la suma o agregado de todo lo que es real o existente dentro de un sistema, en contraposición a lo que es solo imaginario. El término también se usa para referirse al estado ontológico de las cosas, lo que indica su existencia. En términos físicos, la realidad es la totalidad de un sistema, conocido y desconocido. Las cuestiones filosóficas sobre la naturaleza de la realidad o la existencia o el ser se consideran bajo la rúbrica de la ontología, que es una rama importante de la metafísica en la tradición filosófica occidental. (https://es.wikipedia.org/wiki/Realidad). En fin, es la situación física o hecho que se encuentra allí. 
https://conceptodefinicion.de/realidad/


Apariencia y Realidad. 
Observemos las siguientes definiciones de apariencia: 

1. La apariencia es la manifestación directamente asequible a la percepción sensorial de la esencia de los objetos en sus rasgos no fundamentales, superficiales o inestables. Por oposición al concepto corriente en la filosofía burguesa, que separa la apariencia de la esencia, negando el carácter objetivo de la primera, Lenin define la apariencia como uno de los aspectos de la esencia, uno de sus momentos, y recalca su carácter objetivo. Lenin señala, además, la diferencia que hay entre ambas, ya que no es posible identificar la esencia interna de las cosas, la ley que rige su movimiento, con su manera de manifestarse. Pero esta diferencia tiene sus límites, no es absoluta, puesto que la esencia de las cosas se manifiesta a través de la apariencia: “La esencia aparece tal como es”. “La apariencia (lo que aparenta) es el reflejo de la esencia” (Lenin). Lenin apreció extraordinariamente la crítica hegeliana del escepticismo humanista y del idealismo kantiano, que negaban todo valor objetivo y atribuíanle un carácter ilusorio a la apariencia, a lo que es “dado directamente”, y consideraban imposible conocer la esencia a través de sus aspectos externos, visibles. Citando como ejemplo el movimiento de un río, en el que la espuma constituye lo externo, lo aparente, y la corriente profunda, la esencia de este movimiento, Lenin dilucida la diferencia que existe entre la apariencia y la esencia: “Lo no esencial, lo aparente, lo superficial, desaparece a menudo, no se mantiene tan ‘sólidamente’, no está tan ‘fuertemente asentado’ como la ‘esencia’. Por ejemplo: el movimiento de un río; la espuma arriba y la corriente profunda abajo. ¡Pero también la espuma es la expresión de la esencia!”. Lenin critica al mismo tiempo a los filósofos que identifican la apariencia con la esencia, sin saber distinguir entre lo superficial y lo esencial de las cosas.

2. Manifestación de la esencia de los objetos, de los fenómenos a través de sus caracteres directamente perceptibles por los sentidos. El materialismo dialéctico enseña que el conocimiento debe ir de la apariencia a la esencia, debe desprender lo esencial de lo aparente. Contrariamente a la filosofía reaccionaria, que separa la apariencia de la esencia y niega la objetividad de la apariencia, Lenin define ésta como una manifestación de la esencia, como uno de sus aspectos. Importa distinguir entre la esencia y la apariencia: no se debe identificar lo que se nos aparece en los fenómenos con su esencia íntima, las leyes de su movimiento. La ciencia extrae su valor del hecho de que más allá de lo exterior, de lo visible, descubre la esencia, las leyes de las cosas, inaccesibles a la observación simple. Sin embargo, esta distinción tiene sus límites, no es absoluta, puesto que la esencia de una cosa se manifiesta a través de sus apariencias. “La apariencia es la esencia en una de sus determinaciones, en uno de sus aspectos, en uno de sus elementos. La esencia aparece en esto o en aquello… La apariencia es un reflejo de la esencia misma” (Lenin, Cuadernos filosóficos, Ed. rusa). Lenin somete a una crítica rigurosa el escepticismo de Hume y el idealismo de Kant, para quienes los “datos inmediatos” no tienen ninguna realidad objetiva, por ser considerada la apariencia como ilusoria por ellos. Los idealistas separan la apariencia de la esencia, lo exterior de lo interior, para sostener su tesis anticientífica sobre la imposibilidad de conocer las cosas objetivas, sobre la incapacidad fundamental del hombre para penetrar la esencia de las cosas. Lenin explica la distinción entre apariencia y esencia, así como su conexión, por medio del ejemplo siguiente: “… Lo secundario, lo aparente, lo superficial, desaparece a menudo, no se mantiene tan fuertemente, no está tan sólidamente anclado como la esencia. Por ejemplo: el movimiento de un río; la espuma arriba y las corrientes profundas abajo. ¡Pero también la espuma es una manifestación de la esencia!” (Ibíd.). El marxismo se alza contra las tentativas de transformar la apariencia en ilusión y también contra la identificación de la apariencia y la esencia. (Ver igualmente, Esencia y fenómeno).

3. Manifestación externa, dada directamente a los sentidos, de la esencia de las cosas o, con más exactitud, de alguna parte de la esencia. En este sentido, la apariencia es equivalente al fenómeno. En ella se encuentra un momento subjetivo: el fenómeno expresa, de manera no adecuada, desfigurada, la esencia del sujeto (un objeto parcialmente sumergido en el agua parece quebrado, el Sol parece que gira en torno a la Tierra, &c.). No obstante, sería erróneo reducir la apariencia únicamente a tal momento subjetivo, pues de uno u otro modo va unida a la esencia objetiva, de la que es una manifestación. Ese propio elemento subjetivo que da origen a una representación equivocada de la esencia del fenómeno está condicionado a menudo por factores objetivos. Al conocimiento corresponde reducir la apariencia a su esencia y explicar cómo esta se manifiesta en la primera (Esencia y fenómeno).

4. Manifestación externa, directamente dada a los sentidos, de la esencia de las cosas, mejor dicho, de un aspecto de la esencia. En la apariencia existe un elemento subjetivo, la cosa parece distinta (ruptura visible de los objetos parcialmente sumergidos en el agua, movimiento visible del Sol en torno a la Tierra, &c.). Sin embargo, la apariencia está ligada de una u otra manera a la esencia objetiva y constituye su manifestación. El propio momento, que engendra una representación errónea sobre la esencia del fenómeno, está condicionado por factores objetivos. La tarea del conocimiento consiste en reducir la apariencia a la esencia y en explicar cómo se manifiesta esta última en las formas exteriores, en los fenómenos (Esencia y fenómeno).

NOTA: Lo anterior es tomado de la página web:  https://www.filosofia.org/enc/ros/aparienc.htm

Realidad y posibilidad. 
1. Posibilidad es lo que no es todavía una realidad y que puede llegar a serlo existiendo determinadas condiciones. Realidad es una posibilidad ya lograda. Hay que distinguir entre la posibilidad formal, vana, y la posibilidad real. Desde el punto de vista de la posibilidad formal, “todo es posible”: es posible que la luna caiga hoy sobre la tierra, que el sultán turco se convierta en papa romano, &c. La posibilidad formal, o abstracta, es una posibilidad que no brota, ni remotamente, de la presencia de condiciones objetivas y. no puede transformarse en realidad. Los socialistas utópicos, por ejemplo, construían sus cálculos sobre la posibilidad de realizar el socialismo sin la lucha de clases. Pensaban que sólo había que convencer a reyes y príncipes de las ventajas del socialismo y éstos ayudarían a realizar los ideales socialistas. A diferencia de la posibilidad formal, la posibilidad real es la que tiene causas objetivas y que bajo ciertas condiciones tiene que realizarse necesariamente, esto es, transformarse en realidad. Hay que distinguir rigurosamente entre la posibilidad y la realidad. El régimen soviético creó la posibilidad real para la construcción de la sociedad socialista. Pero esta posibilidad había que convertirla en una realidad. “Entre la posibilidad de construir el socialismo y la realidad de su construcción hay una gran diferencia. No hay que confundir la posibilidad con la realidad” (Stalin). Gracias a la justa política del Partido Bolchevique, la posibilidad del triunfo del socialismo en la Unión Soviética se convirtió en una realidad. Entre las condiciones necesarias para convertir la posibilidad en realidad desempeña un papel importantísimo la actividad convenientemente orientada hacia la consecución del objetivo que se persigue. “Para transformar la posibilidad en una realidad, hace falta una serie de condiciones, entre las cuales, la línea del Partido y su justa aplicación no juegan el último papel” (Stalin). 

2. Categorías de la dialéctica materialista, que traducen una de las leyes esenciales del desarrollo objetivo. En el curso de su desarrollo, lo que nace no se afirma de golpe. Al principio no es más que una posibilidad. La categoría de posibilidad fija justamente el estado, el grado de desarrollo de los objetos y de los fenómenos, cuando no son aún realidad y sólo son una tendencia posible del desarrollo. Es preciso distinguir la posibilidad formal, abstracta, de la posibilidad real, concreta. Desde el punto de vista de la posibilidad formal, “todo es posible”. La posibilidad formal o abstracta no se basa en condiciones concretas, reales, que hagan necesaria su transformación en realidad. Lo que en determinadas condiciones aparece como una posibilidad abstracta, en otras circunstancias puede convertirse en posibilidad real. Por ejemplo, las crisis económicas bajo la producción mercantil simple, no son más que una posibilidad abstracta. La transformación de la producción mercantil simple en producción capitalista, hace de esta posibilidad abstracta una posibilidad real. Por consiguiente, contrariamente a la posibilidad formal, la posibilidad real puede, objetivamente, realizarse, y en condiciones bien determinadas, se realiza necesariamente, es decir, se convierte en una realidad.

Importa distinguir netamente la posibilidad de la realidad. El régimen soviético había creado la posibilidad real de construir la sociedad socialista. Pero era necesario hacer de esta posibilidad una realidad. Entre la posibilidad de construir el socialismo y su construcción efectiva la diferencia es grande. Gracias a la política justa del Partido Comunista, la posibilidad de la victoria del socialismo en el País de los Soviets se ha convertido en una realidad. Entre las condiciones indispensables para la transformación de la posibilidad en realidad, resalta el papel importante de la actividad consciente de los hombres, actividad que se apoya en el conocimiento de las leyes objetivas del desarrollo. Las ventajas del régimen socialista soviético, del patriotismo soviético y la amistad de los pueblos de la U.R.S.S., la moral elevada del Ejército Soviético y de los trabajadores de la retaguardia, hicieron realmente posible la victoria sobre el enemigo en la gran guerra nacional de la Unión Soviética. Pero era preciso saber utilizar esta posibilidad. El Partido Comunista fue el organizador y el animador de la victoria que libró al mundo del esclavizamiento fascista.

La dialéctica materialista prescribe no solamente el comprobar tal o cual proceso, sino también comprender las condiciones necesarias para hacer de esa posibilidad una realidad; ella subraya el papel inmenso de la práctica, de la lucha que se desarrolla en el curso de esta transformación. La posibilidad de lo nuevo, de lo progresivo, se opone a la posibilidad del mantenimiento temporal de lo viejo, de una victoria pasajera de los elementos retardatarios reaccionarios. Sin lucha, éstos pueden trabar seriamente y por mucho tiempo, el florecimiento de lo nuevo, de lo revolucionario. La posibilidad del desarrollo revolucionario, progresista, no puede jamás convertirse en una realidad sin la lucha entre lo nuevo y lo viejo, entre lo que es avanzado y lo que es atrasado, entre el movimiento revolucionario y el movimiento reaccionario. Así, el Partido Comunista denuncia las teorías oportunistas sobre el desarrollo espontáneo, y enseña que es preciso participar activamente en el nacimiento de lo nuevo, de lo progresista, empeñar una lucha implacable contra todo lo que traba la victoria de lo nuevo, de lo progresista.

En la situación internacional actual, por ejemplo, la posibilidad del mantenimiento de la paz es perfectamente real. Pero para que se convierta en una realidad, es necesario que las fuerzas de la paz se unan aún más estrechamente en su lucha contra las fuerzas reaccionarias interesadas en desencadenar una nueva guerra. Esa posibilidad no podrá convertirse en realidad, sin ese combate, sin que los pueblos tomen en sus manos la causa de la paz.

El marxismo no tiene nada de común con el fatalismo, según el cual se trata de esperar simplemente que la tendencia necesaria del desarrollo se transforme ella misma en realidad desde el momento en que las leyes económicas determinan esa tendencia. Las leyes objetivas crean una posibilidad real, posibilidad que se trata de transformar, por medio de la actividad práctica, en realidad. Así, la ley del desarrollo armónico (proporcional) de la economía nacional (ver), vigente bajo el socialismo, no hace sino crear una posibilidad real de la planificación. Para que esta posibilidad se convierta en realidad, es preciso dominar esta ley, elaborar planes que traduzcan fielmente sus disposiciones.

3. Categorías en que se reflejan el desarrollo dialéctico del mundo objetivo, los diversos estadios y etapas por los cuales pasan los objetos en su aparición y evolución. La posibilidad expresa la tendencia objetiva del desarrollo contenida en los fenómenos existentes, la presencia de condiciones para que surja el objeto (cosa, fenómeno) o, por lo menos, la ausencia de circunstancias que excluyan la aparición del mismo. Se llama realidad cualquier objeto (cosa, estado, situación) que ya exista como resultado de la realización de cierta posibilidad. La conexión entre posibilidad y realidad y el paso de una a otra se encuentran estrechamente ligados al desarrollo necesario, sujeto a ley, del mundo objetivo, al reconocimiento del principio del determinismo. Se diferencian la posibilidad real y la abstracta. La posibilidad abstracta (o formal) expresa que en la realidad no existen las condiciones que excluyan el nacimiento de tal o cual fenómeno, mas no presupone que se den condiciones de las que el fenómeno pueda surgir inevitablemente. También puede expresar la tendencia aun no desarrollada hacia algo y suele presentarse unida al desconocimiento de las circunstancias que se analizan. En este último caso, tras ella puede estar encubierta la imposibilidad. La posibilidad real implica la presencia de todas las condiciones necesarias para que la misma se realice inevitablemente. Sin embargo, la posibilidad abstracta en determinadas circunstancias puede convertirse en real y viceversa. La relación cuantitativa entre la posibilidad abstracta y la real puede expresarse en la probabilidad (Teoría de las probabilidades). La posibilidad de un fenómeno cualquiera no excluye por sí el fenómeno opuesto o bien la posibilidad de que no surja. El cálculo de las posibilidades efectivas, la actividad para transformar algunas de ellas en realidades, el eliminar los peligros de que surjan posibilidades desfavorables, constituyen una importantísima tarea práctica del hombre. Dicha tarea, precisamente, presupone el análisis teórico de la posibilidad, en particular la consideración de sus relaciones recíprocas con la necesidad y la casualidad. La posibilidad se convierte en realidad cuando surge espontáneamente o se prepara de manera consciente todo el conjunto de condiciones necesarias para la existencia de un fenómeno determinado. Cuanto mayor sea, por tanto, el número de condiciones y cuanto más importantes sean éstas, tanto más real resulta la posibilidad. Así, la de que se produzcan crisis económicas en un régimen de producción de mercancías, se da ya en el acto de la venta de estas últimas. Mas para que esta posibilidad se convierta en realidad se requiere un conjunto de condiciones y relaciones que no existe aún en el marro de la producción simple de mercancías. Únicamente se dan tales condiciones y relaciones en la sociedad capitalista, en la cual las crisis se convierten en necesidad. Combinando en el curso de la actividad práctica determinados materiales y fuerzas de la naturaleza, el hombre puede hacer que se produzcan los fenómenos deseables para él (después de crear el complejo de condiciones propias del fenómeno en cuestión) y puede eliminar los que no son deseables (después de suprimir su causa). Desde luego, semejante actividad no es incondicionada, está limitada por las leyes objetivas del mundo y se desarrolla en consonancia con ellas. En la vida social, la posibilidad pasa a ser realidad gracias a la actividad práctica de los hombres La edificación de la sociedad comunista, por ejemplo, no es posible sin la actividad consciente del pueblo dirigido por el Partido Comunista, pero tal actividad ha de hallarle en concordancia con las leyes objetivas del desarrollo social. En la historia de la filosofía, antes de Marx y Engels, quienes realizaron un análisis más profundo de la posibilidad y de la realidad fueron Aristóteles y Hegel.


https://www.filosofiayliteratura.org/apariencia-y-realidad/

https://www.tupsicologobilbao.es/terapia-adolescentes/apariencia-fisica/


https://www.elmundoenpalabras.net/post/psicolog%C3%ADa-de-la-apariencia-qu%C3%A9-es-el-efecto-halo


Historia y Vida.

Qués la vida?

Engels ha dado la siguiente definición clásica de la vida: “Vida es la modalidad de existencia de los cuerpos albuminoides, modalidad que consiste, sustancialmente, en el proceso de autorrenovación constante de los elementos químicos integrantes de esos cuerpos”. La esencia del proceso vital consiste, ante todo, en una constante y simultánea creación y destrucción de lo vivo. “Dondequiera que nos encontramos con una manifestación de vida, esta va unida a un cuerpo albuminoide, y viceversa, dondequiera que nos encontramos con un cuerpo albuminoide, siempre y cuando no atraviese por un proceso de descomposición, unida a él irá siempre y necesariamente una manifestación de vida... ¿En qué consisten realmente estas funciones vitales que se dan siempre y por igual en todo ser vivo? Consisten principalmente en que el cuerpo albuminoide absorbe y asimila ciertas materias adecuadas del medio, a la par que otras partes más viejas del cuerpo se descomponen y son eliminadas. Otros cuerpos no vivientes se transforman, se descomponen o se combinan también en el transcurso de los procesos naturales, pero, al hacerlo, dejan de ser lo que eran. Una roca desmoronada por el aire, no es ya tal roca; un metal oxidado se convierte en herrumbre. La diferencia está en que lo que en los cuerpos muertos es causa de extinción, es en la albúmina la condición fundamental de vida. A partir del momento en que esta transposición ininterrumpida de los elementos integrantes del cuerpo albuminoide, este intercambio permanente de asimilación y desasimilación cesa, el cuerpo albuminoide se extingue, se descompone, es decir muere. La vida, modo de ser del cuerpo albuminoide, consiste, pues, ante todo, en ser al mismo tiempo el que es y otro; pero no por obra de un proceso al que se le someta desde fuera, como puede también ocurrir, y ocurre no pocas veces, con los cuerpos muertos. Por el contrario, la vida, el intercambio de materias que se desarrolla por asimilación y desasimilación, es un proceso automático, inherente, innato al propio cuerpo sobre el que actúa, a la albúmina, y sin el que ese cuerpo no podría existir” (Engels). Desde muy antiguo, en el problema de la vida hay una lucha entre dos líneas fundamentales, dos corrientes fundamentales en la filosofía: el idealismo, bajo la forma de vitalismo (ver), y el materialismo. La filosofía y la biología que se manifestaban activamente contra el vitalismo, trataban de fundamentar como una antítesis del idealismo el concepto sobre la vida desde el punto de vista del materialismo mecanicista que niega la diferencia cualitativa entre lo vivo y lo muerto y que trata de “reducir” todos los fenómenos vitales a procesos físico-químicos e incluso a los mecánicos más simples. Descartes, algunos materialistas franceses del siglo XVIII y otros, trataban de demostrar con analogías la identidad de los organismos vivos con las maquinas. Sólo el materialismo dialéctico supera la limitación, tanto de los vitalistas como de los mecanicistas, en la interpretación de la vida, concibiéndola como una de las formas del movimiento de la materia. Partiendo de la unidad de la materia, el materialismo dialéctico hace notar al mismo tiempo la originalidad cualitativa de la vida que nace de la materia no viva como resultado del proceso de desarrollo a modo de saltos. Negando los groseros intentos de la creación de la compleja estructura de los organismos vivos de lo no vivo, así como refutando las ideas de la eternidad de la vida o de su aparición como resultado de un acto creador, Engels desarrolló la concepción histórica acerca de que la vida procede de la Naturaleza inorgánica como resultado de una larga evolución (prolongada durante millones de años) de la materia no viva. Haciendo su aparición en una determinada fase del desarrollo histórico de la Tierra, los cuerpos albuminoides fueron sometidos constantemente y siguen sujetos a mutaciones; el desarrollo de seres vivos del mundo orgánico en general, hallándose en estrecho enlace con toda la Naturaleza, tuvo su expresión científica en la teoría de la selección natural, cuyas leyes fueron establecidas por C. Darwin (Ver). 

Tomado de: https://www.filosofia.org/enc/ros/aparienc.htm


https://ecologia.facilisimo.com/d/la-vida-de-olympe-de-gouges-en-un-comic_821760.html


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